El Liverpool recuperó sensaciones en la UEFA Champions League al derrotar al Rangers 2-0 en Anfield Road. Jürgen Klopp apostó por un cambio de sistema con la intención de hacerle daño al bloque defensivo del rival y poder tener más piezas en zona ofensiva para fijar a la última línea defensiva del conjunto escoces.
El conjunto Red utilizó un 4-2-3-1 como esquema que mutaba en las fases con pelota debido al reposicionamiento de varias piezas dentro del terreno de juego:
Liverpool: El 3-2-5 de Jürgen Klopp
-Trent Alexander Arnold como lateral bajo y formando una primera línea creativa de tres junto a los centrales (Joel Matip y Virgil Van Djik).
-Thiago Alcántara y Jordan Henderson en la base de la jugada.
-Kostantinos Tsimikas y Mohamed Salah en carriles exteriores. El griego ganaba altura para que Luis Díaz se moviera por carriles centrales con libertad y atacar el espacio entre los centrales.
La estructura facilitó que el equipo defendiera las transiciones con un doble pivote en la zona de volantes y potenció la figura de Trent Alexander Arnold ayudando al equipo a tener más claridad en los primeros pases. Jürgen Klopp regresó a un plan que utilizó en otras oportunidades.
Pese a que el alemán afirmó que jugaron en 4-4-2, el equipo se organizaba de manera clara en 3-2-5 cuando tenían la pelota con varios futbolistas adaptándose a roles puntuales.
