Con 20 años, tantos éxitos logrados y tantos por alcanzar. Wuilker Faríñez llegó a la segunda década de vida el 15 de febrero, consolidado en el arco de la selección venezolana y comenzando a ser admirado en Millonarios de Bogotá. Si alguna vez en la capital colombiana albergaron dudas sobre el caraqueño, casi todas se han disipado.
«Veinte años son nada», dice el tango Volver. Pero lo que ha alcanzado el criollo con esa edad, es mucho. Y lo que le falta.
Sus intervenciones continúan siendo esenciales. Ya la sub 20 de Venezuela lo vivió, consiguiendo el subcampeonato juvenil en 2017. El combinado de mayores, en la recta final de las eliminatorias a Rusia 2018, lo tuvo como artífice de sorprendentes resultados ante duros equipos como Argentina, Colombia, Uruguay o Paraguay. Caracas FC lo disfrutó mientras estuvo en el país. Ahora le toca al Millos.
Con el conjunto azul logró la Supercopa colombiana al derrotar al Atlético Nacional. “Estoy agradecido con Dios por tan bonita oportunidad. Lo había soñado, gracias a mis compañeros que lo dieron todo en la cancha, conquistamos el primer título, esperemos que sea uno de varios”, manifestó a los medios de comunicación del país cafetero.
Cosechó elogios, como el del capitán del equipo bogotano, Andrés Cadavid: «Lo arropamos como un colombiano más. Él sabe sus cualidades. Queremos tenerlo en Europa y pedirle la camiseta cuando esté bien lejos. Él hará más historia que todos nosotros».
Quizás lo mejor de todo es la serenidad que muestra Faríñez dentro y fuera del campo. Los triunfos los celebra, pero con mesura. Sabe que la vida del portero es la de trabajar siempre en minimizar los fallos, porque un resbalón arrebata en un santiamén todo lo conquistado.
Escudado en su tranquilidad, siempre con los pies sobre la tierra, pero con la cabeza en alto, Wuilker Faríñez se prepara para 20 años más en los que los retos serán más y más fuertes. ¿Ir a Europa? ¿Llevar a Venezuela a un Mundial de mayores? ¿Qué futuro le depara el destino al prodigioso arquero venezolano?
