Dale a un equipo un portero seguro y será capaz de llegar lejos. O, al menos, dejar escenas de leyenda, batirse hasta el final épicamente. En Rusia 2018 son varios los que han dejado su marca: en semifinales están cuatro de los que más brillaron, incluyendo uno que ya fue héroe en dos definiciones por penales.
El croata Danijel Subasic sobrevivió a los tiros desde los doce pasos en octavos de final contra Dinamarca y en cuartos contra Rusia; el inglés Jordan Pickford se erigió en héroe en los penales ante Colombia en octavos y salvó tres oportunidades doradas en los 90 minutos contra Suecia en cuartos; el francés Hugo Lloris silenció a los uruguayos en cuartos, mientras que el belga Thibaut Courtois fue verdugo de Brasil en la anterior fase.
En 60 partidos, solo cuatro arqueros fueron escogidos como los mejores: el surcoreano Cho Hyun-Woo ante Alemania, el ruso Igor Akinfeev contra España, el danés Kasper Schmeichel ante Croacia y el inglés Pickford, en el duelo ante los nórdicos.
«Simplemente trabajo duro todos los días en el entrenamiento y es por eso que conseguí estar imbatido esta noche”, indicó Pickford tras el choque, “porque todas las paradas que hago en los entrenamientos son para mostrarlos en el partido. He demostrado que soy capaz de hacer esas paradas en el partido. Ha sido una buena actuación”.
Pero atrás quedaron otros guardametas que también dejaron su impronta, incluso en la primera fase.
Keylor Navas con Costa Rica, Pedro Gallese en Perú, Daniel Ospina en Colombia, Guillermo Ochoa –el que más paradas tiene en el Mundial, con 27, héroe en el triunfo sobre Alemania y en la caída en octavos ante Brasil-, Kasper Schmeichel en Dinamarca –por octavos, ante Croacia, detuvo un penal en los 120 minutos y luego dos más en la definición, pese a perder-; Igor Akinfeev en Rusia, ganando los penales a España, pero cayendo por la misma vía ante Croacia; la agilidad del surcoreano Cho Hyun-Woo, el liderazgo del sueco Robin Olsen…
Todos han contribuido, con su espectáculo, su seguridad y su jerarquía, a reivindicar la figura del guardameta.
También existieron casos difíciles, como el del español David De Gea, el argentino Willy Caballero y el uruguayo Fernando Muslera.
El primero llegó como uno de los mejores en su posición, luego de brillar con el Manchester United en la Premier League, pero cometió horrores que perjudicaron a su selección: de doce remates al arco, once entraron, incluyendo los penales ante Rusia. Caballero tuvo a la opinión pública en contra, y se mostró inseguro, llegando a fallos garrafales, como ante Croacia; Mientras, Muslera encabezó al muro uruguayo en la primera ronda, en la que no recibieron goles; pero en cuartos de final un tiro de Antoine Griezmann, sin aparente peligro, terminó como diana luego de un mal despeje.
Es la vida del portero, la cara y la cruz de una profesión ingrata.
