La selección francesa de fútbol fue recibida por todo lo alto este lunes, luego de conquistar el Mundial de Rusia 2018, la segunda Copa del Mundo en su historia tras la lograda en 1998.
El paseo triunfal reunió a los muchachos de Didier Deschamps en los Campos Elíseos, la principal avenida de la capital francesa, con la torre Eiffel y el Arco del Triunfo como testigos lejanos. El seleccionador repite fiesta: él fue el capitán del combinado campeón hace dos décadas. Hoy es el “padre” de los vencedores.
Francia bordó su segunda estrella en el pecho tras derrotar, el domingo en Moscú, 4-2 a Croacia. Los goles de Mario Mandzukic (en propia puerta), Antoine Griezmann, Paul Pogba y Kylian Mbappé le dieron el título a los “bleus”.
Recibidos por el presidente Emmanuel Macron –que estuvo con ellos en la fiesta en el estadio Luzhniki- y su esposa Brigitte en el Palacio de los Elíseos, los jugadores vistieron traje, disfrutando con la copa.
Unas horas más tarde, ya enfundados con camisetas conmemorativas a la jornada victoriosa del domingo, fueron bañados por el amor del pueblo francés, acompañándoles a lo largo de las calles parisinas.
La historia se rinde, de nuevo, ante la alegría francesa, ante la euforia total.