La madre de Neymar, Nadine Gonçalves, salió en defensa de su hijo tras el polémico anuncio que protagonizó el delantero brasileño en el que admitió que sus reacciones sobre el césped durante el Mundial de Rusia fueron, en ocasiones, exageradas.
«Yo soy su mayor admiradora y, con todo respeto, no se abata con palabras y acusaciones de aquellos que no tienen amor al prójimo, sepa que son minoría comparado con las personas que te aman y que principalmente conocen tu corazón», escribió Gonçalves en su cuenta oficial de Instagram.
Neymar entonó el ‘mea culpa’ por su desempeño con la selección brasileña en Rusia en un anuncio publicitario de la marca Gillette, que fue ampliamente criticado por la prensa local y generó debate en las redes sociales sobre la idoneidad del medio escogido para expiar su frustración.
Ante la dimensión que tomaron las palabras del atacante del París Saint-Germain, su madre afirmó en un mensaje, en el que citó en repetidas ocasiones a Dios: «Muchas veces en nuestra vidas las cosas no salen como nos gustarían, principalmente nuestros sueños y deseos».
«Dios dice que no debemos dejar de soñar y creer, no se deje abatir y mucho menos de creer en usted mismo», indicó.
«Las personas conocen el nombre Neymar Jr, pero pocos te conocen, pero yo elevo mis ojos a Dios y le pido solamente a él, porque solamente él dará las respuestas para todo y todos, somos humanos, y por tanto, somos defectuosos», señalo.
La progenitora del ’10’ del PSG le dijo que sus sueños «todavía pueden hacerse realidad» porque ella cree en el «Dios de lo Imposible».
«Te amo y siempre estaré contigo hijo mío… Mi guerrero», finalizó.
Neymar, de 26 años, guardó silencio durante dos semanas tras la eliminación frente a Bélgica en los cuartos de final del Mundial, en el que se le acusó de falta de «estabilidad emocional» y de exagerar sus reacciones cuando recibía las faltas de sus rivales.
En su primera reaparición pública en un acto organizado por la fundación de carácter social que lleva su nombre, defendió su estilo e ironizó sobre las críticas («No puedo decir a mi adversario: ‘Mi amor, con permiso, déjame hacer gol'»).
