De nuevo lo hizo: Flamengo, con la plantilla más espectacular del torneo, se coronó por segundo año consecutivo en el Brasileirao. No fue fácil, fue turbulento. Así como lo fue la primera mitad de ese maravilloso 2019 en el que logró Libertadores más liga brasileña.
Con una nómina bastante fuerte, repleta de figuras y atando a quienes conquistaron América en el curso anterior (con su debida dificultad, por el tema pandemia), la gerencia de Flamengo demostró ser fuerte al no temblarle el pulso para remover cargos e impulsar al equipo hacia la gloria. Quizá, en Libertadores quedaron muy cortos, pero en casa, remontaron en una carrera de resistencia que ganaron por los pelos.
Cuando el portugués Jorge Jesús, director técnico del Mengao de la dupleta de 2019 decide irse, aparece para dirigir Domenec Torrent. Con una filosofía barcelonista bajo la carpeta y la mejor plantilla del Brasileirao, Flamengo partía a ser campeón de todo.
Covid aparte, Torrent no encontró su juego. Capaz muy denso en conceptos contrastando la alegría de Brasil. Así que, Flamengo, con esa tremenda nómina (Bruno Henrique, Filipe Luiz, De Arrascaeta, Gabigol…) veía como otros aprovechaban la coyuntura para aspirar al título.
“Cuando cambió el año, São Paulo tenía una ventaja de siete puntos. Durante gran parte de la temporada, el Atlético-MG parecía el más preparado para escalar a lo más alto de la clasificación. Palmeiras y Grêmio probablemente pelearían en un piso más alto si no priorizaran las Copas”, opinó el reconocido periodista de Globoesporte, Martín Fernández.
Todo, en verdad, fue trepidante.
Después de una danza de nombres, el portero más goleador de la historia (65), Rogerio Ceni, fue designado como entrenador del Flamengo en noviembre de 2020. Si bien ganó tres títulos regionales y la Serie B con Fortaleza, capaz no era el perfil deseado para el grandioso sabor de boca que había dejado Jorge Jesús.
Durante los casi tres años de Fortaleza, Ceni optó por ser ofensivo en la Serie B y en los torneos estatales y regionales. En la élite, tuvo que aprender a defenderse, aunque ese nunca fue el propósito de su entrenamiento en el trabajo. Logró que el equipo fuera menos hueco antes de dirigirse al Flamengo, donde heredó una escuadra que no le dio más opción que atacar.
Desde la tentación de complacer a la galería con la idea de emular a Jesús, Ceni vivió con lesiones y claros problemas físicos hasta que encontró una formación de medio campo que, en décadas, será utilizada como referencia en la defensa de la posibilidad de reunir solo jugadores creativos: Diego, Gerson, Everton Ribeiro y De Arrascaeta, siendo Gerson el de un rendimiento sobresaliente y el del uruguayo, como ejemplo de creativo.
“En general, en la carrera de puntos por el campeonato, obtuvimos la mejor campaña. Una pena haber sido derrotado (por Sao Paulo, en la última fecha), pero la alegría del campeón dura el resto de su vida. Fue un momento en el que no empezamos bien el año, pero tuvimos un cambio radical”, comenta Ceni que celebró su primer Brasileirao como DT en su casa como portero, el Morumbí.
Flamengo, al final, a pesar de llegar arrastrándose para alzar la copa, dejó los mejores números: el equipo más goleador (68), de mejor posesión (58%), de mejor efectividad de pases (86,4%) y al mejor asistidor, De Arrascaeta (9).
No fueron los goleadores del torneo, pero Gabigol (14) y Pedro (13) estuvieron entre el top ten de los cañoneros.
El 4-2-3-1 de Ceni, como se dijo, tenía como clave a un Gerson en la primera línea de volantes que alimentaba a todo el sistema ofensivo. Gerson tiene una ida y vuelta fenomenal. Y si los que crean juego son Bruno Henrique, De Arrascaeta y Everton Ribeiro, hay un vendaval ofensivo. Arriba, ya no queda el monopolio en el puesto de “9” de Gabigol: también se asomó Pedro.
¿Qué le queda a Ceni? Para 2021 podrá armar su proyecto a imagen y semejanza. No será un estado de emergencia. Sabe que este grupo de Flamengo puede apoyarse en su plantilla, sea cual sea la idea de juego.