Cuenta la Historia que cada vez que Rusia es atacada, el “General Invierno” viene en su rescate. Cada vez que un gran conquistador busca destruir al gigante, la nieve, el clima terrible, además de la capacidad defensiva del pueblo, acaba con las tropas del invasor.
“Se juega como se vive”, dice una frase antigua en el fútbol. La selección local en el Mundial de Rusia hizo honor a ella: ante España se defendió a ultranza, peleó hasta los penales y confió su suerte a su capitán, el arquero Igor Akinfeev, ganando 4-3 en la definición luego del 1-1 en el tiempo reglamentario, este domingo.
El guardameta tapó los tiros de Koke Resurrección e Iago Aspas para llevar a su equipo a los cuartos de final, en el partido realizado en el estadio Luzhniki, de Moscú.
España picó adelante al minuto 12, luego de un córner que desvió al gol Sergei Ignashevich, durante su marcación sobre Sergio Ramos. El experimentado zaguero ruso envió la pelota al fondo de las redes con su pantorrilla derecha.
Los locales igualaron al minuto 41. Gerard Piqué se elevó y tocó la pelota con su mano izquierda para el penal. Artem Dzyuba cobró, colocando el empate a uno en el marcador.
La Roja continuó con la tónica del dominio de balón, pero sin poder romper el sistema defensivo de los locales. La entrada de Andrés Iniesta al minuto 67 le dio algo más de peligro al combinado ibérico, pero el gol se mantuvo esquivo.
Al finalizar los 120 minutos reglamentarios, Akinfeev se erigió en el héroe de casa.
Iniesta, Piqué y Sergio Ramos cumplieron con sus penales, pero Koke e Iago Aspas fueron víctimas del guardameta ruso.
Desde la trinchera de los “Osos” no hubo ninguna falla: Fyodor Smolov, Ignashevich, Aleksandr Golovin y Denis Cheryshev sentenciaron a David De Gea, que no acertó ni una parada.
Rusia se enfrentará, el 7 de julio en el estadio Fisht de Sochi, a Croacia, que derrotó en penales 3-2 a Dinamarca. Mientras, España tendrá que replantearse de cara al futuro.