Pareciera que el fútbol siguió con normalidad a pesar de las denuncias de corrupción, las detenciones y las irregularidades en los votos tras diez años de intensos reclamos por la elección de Qatar como sede del mundial 2022.
Después de Sudáfrica 2010, donde el fútbol estaba ampliando horizontes y llegando a tierras que antes no habían tenido oportunidad de organizar un magno evento como este, la FIFA comenzó a buscar alternativas para sedes con mayor infraestructura y tradición futbolística a países emergentes, con economías boyantes y prósperas. Un hecho que salpica a gobernantes y dirigentes mundiales por la compra de influencias mediante testaferros, empresas fantasmas y obsequios personales.
El 2 de diciembre de 2010 se realizó en Zurich la reunión del comité ejecutivo de la FIFA, dando a conocer las sedes de 2018 y 2022, respectivamente. Con una fuerte competencia, Rusia se impuso a Bélgica/Holanda, España/Portugal e Inglaterra, esta última, era la favorita para organizar el torneo.
Luego de la celebración de los rusos por la obtención de la sede del Mundial 2018, tocó el turno de conocer a las candidatas de 2022: Estados Unidos, Australia, Japón, Qatar, Corea del Sur. Aunque de todas las sedes anunciadas, la norteamericana contaba con gran apoyo financiero y un presupuesto cero por tener listos los estadios, las ciudades, la hotelería y los aeropuertos, además, las ciudades de ese país entraban en una competencia por quienes podían ser sedes del evento.
Todo apuntaba a que Estados Unidos era la vencedora, pero Joseph Blatter, presidente de la FIFA en ese momento, abrió el sobre con el papel que tenía a Qatar. Sólo se emocionaron los representantes del pequeño emirato del Golfo Pérsico. Los petrodólares lograron el objetivo.
Días más tarde, los Estados Unidos denunciaron irregularidades en las votaciones, por las sospechas de compra de votos. La FIFA se encargó de realizar una investigación interna nombrando al ex fiscal general norteamericano Michael García. Tras meses de investigaciones, la Comisión de Ética de la FIFA revisó el “Informe García” para determinar las irregularidades en las votaciones, pero decidieron no cambiar la elección de Qatar negando alteraciones, provocando la renuncia irrevocable de García por la actitud del órgano del fútbol internacional.
Un almuerzo en el Palacio Elíseo en París fue el origen de todo
En ese año de 2010 se llevó a cabo una reunión privada entre Michel Platiní, para entonces presidente de la UEFA, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia en ese momento, Tamim Hamad Al Thani, emir de Qatar y su ministro de exteriores qatarí Hamad Ben Jassem, para tocar algunos temas de inversión, entre ellos, la compra de votos y la posibilidad de adquirir el equipo Paris Saint Germán, además, la creación del canal de televisión BeIn.
Joseph Blatter, años más tarde comento a través de su libro “Mi Verdad” (Ma Vérite), sobre esa reunión y la llamada de Michel Platini comentando el plan. “Presidente, escuche, tenemos un acuerdo de caballeros que hemos hecho dentro del comité ejecutivo tendrá problemas para funcionar”, dijo Blatter en alusión a la llamada. Las razones de este problema, fue el hecho que el capitán de la selección francesa había apoyado a EE.UU. para ser la sede de 2022, pero el acercamiento de Sarkozy y los qataríes provocaron que revirtia su apoyo. Blatter, también confiesa que sin la intervención política de Nicolás Sarkozy y Michel Platini, no se hubiera podido elegir a Qatar como sede.
El castillo de naipes comienza a caerse
El primero en caer tras la trama de corrupción fue el ex presidente de la Asociación de Fútbol de Qatar y también presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, Mohammed bin Hamman. El dirigente fue acusado de pagar alrededor de 4 millones de dólares mediante testaferros y dirigentes de la FIFA, entre ellos Jack Warner, Vicepresidente de FIFA y presidente de la Concacaf.
Tras investigaciones realizadas en los Estados Unidos y servicios de investigaciones europeos, en 2013, el diario “France Football”, publicó el famoso almuerzo del presidente Sarkozy, los representantes qataríes y Michel Platini. En esa divulgación se denuncia y se acusa a la FIFA y a la Federación de Fútbol de Francia, en dejarse sobornar para votar a favor de Qatar como sede.
Un año después, el diario inglés “The Sunday Times” tuvo acceso a varios documentos secretos donde se revelaba que el principal encargado de pagar a los votantes era Mohammed Bin Hamman. Tras estas publicaciones, comenzó una bola de nieve y arrastró en 2015 a varios directivos de la FIFA y a gran parte de los representantes de CONMEBOL.
Han pasado 10 años de la elección de esta sede y Qatar sigue en el ojo del huracán, tras reiteradas denuncias de violaciones a los derechos humanos, esclavitud y falta de condiciones laborales donde han fallecido unas 2000 personas aproximadamente.
La ONG PlayFair Qatar, ha evidenciado que hay una captación masiva de trabajadores de Nepal, Bangladesh y la India, calificada por los qataríes como mano de obra barata, quienes aceptan ir al pequeño emirato para ganar un salario muy bajo, soportando condiciones infrahumanas como las altas temperaturas produciendo infartos fulminantes y también, la falta de seguridad industrial en las construcciones de estos estadios, causando accidentes por fallas en los controles. Por su parte, el gobierno no ha respondido a las largas denuncias realizadas por las organizaciones de derechos humanos.
El otro problema de este mundial es que aún no están listos los estados, tampoco la distancia entre una sede y otra no es muy lejana. Un punto para añadir a este polémico organizador, es que se tuvo que modificar el calendario, cambiando las fechas del fútbol mundial para llevar a cabo este evento de selecciones entre el 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022.
¿Cuáles hubieran sido las alternativas a Qatar?
Se corrió el rumor durante un tiempo sobre la cancelación de Qatar como sede, teniendo alternativas listas como España, Inglaterra, Italia y Alemania. Estados Unidos ya había obtenido la sede conjunta con México y Canadá para la sede de 2026, como consuelo tras los eventos de la elección árabe, pero a 10 años de esta elección, todo indica a que Qatar 2022 será recordada como el Mundial más corrompido de la historia del futbol moderno.