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Guardiola vs Klopp: Una nueva edición del clásico

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El partido de la temporada en la Premier League no defraudó. Goles, emociones y mucha táctica, lo que se entiende a partir de la presencia de Pep Guardiola y Jürgen Klopp en los banquillos del Etihad Stadium. Manchester City y Liverpool terminaron repartiendo fútbol y muchas emociones para todos los amantes del deporte. Una rivalidad histórica.

Pese a no ser una final al uso, era uno el partido decisivo en la carrera por el título de la Premier League. El ganador podía dar un golpe de autoridad y ambos equipos jugaban con la sensación que el trofeo estaba en juego. Y es necesario repasar las claves tácticas que predominaron en el encuentro que, a nivel de desarrollo, se decantó para el lado de Pep Guardiola.

Guardiola vs Klopp: Manchester City 2-2 Liverpool

La salida de la pelota del Manchester City

El conjunto citizen se organizó en 4+2 con pelota en el inicio de la jugada con los laterales bajos y Bernardo Silva a la altura de Rodri con la intención de atraer a los interiores del Liverpool y generar espacios a la espalda de los mediocampistas.

El posicionamiento de los laterales obligaban a los extremos a jugar más abiertos y a un interior (dependiendo del central que tenga la pelota) a saltar para apoyar al delantero, dicho movimiento activo un espacio más para la aparición de Kevin de Bruyne.

Kevin de Bruyne en los espacios

El belga fue el MVP del partido. Fue la pieza que activó los espacios que se generaban en la estructura defensiva red a la hora de presionar en el carril central. Sus movimientos fueron claves para aparecer a espaldas de los interiores y costados del mediocentro, que solo podía ver su sombra cuando tenía la pelota en los pies.

En cada recepción, De Bruyne recibía y giraba para verticalizar. Le hizo mucho daño al bloque defensivo rival con sus conducciones progresivas y pases para activar a los atacantes. Jugó como enganche dentro de la organización en 1-4-2-3-1 de su equipo con pelota.

Los problemas defensivos del Liverpool

El conjunto red tuvo muchos problemas a la hora de presionar arriba (ante la organización planteada por Pep Guardiola) y a defender la profundidad defensiva, siendo castigados por los pases largos a la espalda. Klopp apostó por una organización en 1-4-3-3 con un interior saltando para ajustarse a la salida rival, pero no pudo controlar el espacio que se generaba en sus espaldas y los centrales, sin saltar para presionar, terminaban corriendo de espaldas de manera constante. El Liverpool nunca pudo defender para adelante, lo que los expuso durante gran tramo del encuentro.

El dominio del Manchester City los obligó a retroceder líneas y a darle más espacio/tiempo a los centrales rivales para comenzar la jugada y ganar terreno en campo rival. Agregando la pasividad inicial en la presión alta, dejando que el rival tuviera más comodidad para salir.

Joao Cancelo, la llave maestra

El portugués fue una de las claves del Manchester City con pelota. Como lateral izquierdo, aprovechó su perfil para hacer varios pases largos para activar a los alejados,  tanto cuando se desmarcaban al espacio como cuando fijaban en el costado opuesto. Y, al mismo tiempo, jugó a un altura superior en banda para formar tándem con Phil Foden para hacerle daño a Trent Alexander-Arnold, el eslabón débil de la defensa red.

El portugués firmó una actuación sensacional, generando ventajas constantes desde el pase y su presencia en campo rival. Uno de los ajustes que hizo Pep Guardiola para hacerle daño al equipo de Jürgen Klopp.

Por otro lado, Kyle Walker fue una pieza valiosa atacando al espacio. Con menos relevancia que el portugués en el juego ofensivo, pero haciendo daño cuando se incorporaba.

El show de Bernardo Silva

El portugués, con la libertad que le caracteriza esta temporada en el sistema de Pep, jugó a la altura del volante central con la intención de apoyar en el cambio de estructura del equipo. Su pase largo y movilidad fueron claves en todo momento, dando un plus en salida de pelota en corto y largo para que su equipo progresara con facilidad. Interviniendo donde su equipo más lo necesitaba y donde es más determinante.

Guardiola y la amenaza constante

Pep apostó por Phil Foden, Raheem Sterling y Gabriel Jesús como tridente ofensivo para el partido, siendo estos las piezas más peligrosas a la hora de lanzar desmarques a la espalda de la defensa rival. Buscando siempre atacar los intervalos entre los defensores rivales y el espacio a su espalda. Y este fue el camino con el que hizo más daño durante todo el partido. Por otro lado, buscaban fijar a los laterales para que Joao Cancelo y Kyle Walker aparecieran desde atrás para generar ventajas en los costados.

La pieza clave Phil Foden que, por banda izquierda, hizo mucho daño a Alexander Arnold con el apoyo de Cancelo. La izquierda fue la zona por la que más atacó el Manchester City, aprovechando el eslabón más débil del rival en las fases sin pelota.

OPCIONES CREADAS POR EL MANCHESTER CITY
OPCIONES CREADAS POR EL MANCHESTER CITY

El ajuste de Klopp en la segunda mitad

El 2-1 del primer tiempo fue un resultado mentiroso si nos guiamos en el desarrollo, por lo que Jürgen Klopp tenía que intervenir de manera inmediata para minimizar el impacto del plan de Guardiola. El alemán ajustó la presión buscando más arriba al rival y colocando a Fabinho, quien sufrió durante todo el partido, más cerca de De Bruyne para que no hiciera tanto daño entre líneas.

Los primeros minutos del conjunto red en la segunda parte fueron los mejores a nivel colectivo, consiguiendo encerrar al rival en su propio campo por su trabajo sin pelota y con posesiones más largas, para intentar bajar el ritmo que quería imponer el local.

Presión y bloque del Manchester City sin pelota

El Liverpool de las áreas

Pese a ser inferior a nivel de juego, el Liverpool se ha convertido en uno de los equipos que mejor domina las áreas en Europa.  Son capaces de aprovechar al máximo cada tramo del partido en el que consiguen dominar, lo que fue clave para empatar el partido en ambas oportunidades. El poder de fuego de piezas como Mohamed Salah, Diogo Jota y Sadio Mané es fundamental para marcar la diferencia en el área rival.

El principal problema es que Klopp apostó por los futbolistas con menos influencia en el juego de sus cinco atacantes, por lo que le costó generar ocasiones de peligro ante la ausencia de espacios y oportunidades para transitar.

Por otro lado, Virgil Van Djik firmó una actuación impresionante. Una más en su carrera. El neerlandés dominó a campo abierto, tanto a la hora de contemporizar a los atacantes rivales limitando el espacio y utilizando su físico para imponerse en los duelos. Su presencia fue clave para aguantar los momentos más complicados de su equipo.