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Liverpool: La presión que ahogó al Manchester City

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El Liverpool derrotó al Manchester City y clasificó a la final de la FA Cup, cerrando una semana sensacional en la que también lograron pasar a las semifinales de la UEFA Champions League.

El conjunto de Jürgen Klopp fue superior en la primera mitad a su rival (momento en el que sacó la diferencia, 3-0) y una de las razones fue su impresionante presión adelantada con la que consiguió minimizar las salidas desde el fondo de su rival y recuperar lo más arriba posible. A diferencia del partido por Premier League, el equipo red se impuso a partir de su plan sin pelota.

Liverpool: ¿Cómo presionó arriba?

El Liverpool apostó por su clásico 1-4-3-3 con Sadio Mané como falso 9. El senegalés es el atacante red que mejor presiona y su posición fue clave para minimizar el impacto de los volantes por dentro, neutralizando el pase interior y, junto a los extremos (Luis Díaz y Mohamed Salah), forzando que la pelota llegara a los costados.

El Manchester City iniciaba la jugada con una estructura en 1-4-1-2 con Bernardo Silva descendiendo a la zona de mediocentro para generar ventajas a la espalda de los atacantes reds. Y Klopp ajustó para que sus interiores presionaran más arriba para cerrar los descensos de Bernardo Silva y evitar el 2×1 ante Sadio Mané.

Sin caminos colectivos para progresar

Los citizens intentaron generar ventajas con los descensos de Fernandinho para aparecer entre centrales, pero el conjunto red lanzó más arriba a Trent Alexander Arnold para vigilar Zinchenko y que los tres atacantes se adaptaran a dicha salida de tres.

Otro punto clave fue Luis Díaz. El colombiano se posicionaba entre Stones y Joao Cancelo para cerrar dicha línea de pase y que el portugués no participara tanto en el juego en dicha zona. Thiago también aportó lateralizando su posición para apoyar si el extremo quedaba lejos. La intención era generar superioridad en los costados.

La única vía de progresión clara, y que naciera de un acierto más de un error, del Manchester City, aparecía con los descensos de Foden y con lo tarde que saltaba Keita.

El segundo gol (2-0) no viene de la mano de una presión efectiva. Steffen tenía opciones de pase en banda, pero se tarda en ejecutar y Mané le hace dudar cada segundo.

La presión red fue clave en el primer tiempo y es una de las razones por las que consiguieron sacar la ventaja suficiente para clasificar a la final. Y los datos son claros: El Liverpool tuvo más la pelota (54%) y el Manchester City no disparó a puerta.