¿Cual es la fórmula del éxito?
Real Madrid pudo jugar diez veces la final del sábado contra Liverpool en Saint Denis, y pudo perfectamente haber perdido ocho o nueve veces. Pero en el fútbol, como en todo en la vida, hay intangibles que marcan diferencias.
El liderazgo tranquilo de Carlo Ancelotti es el maridaje perfecto al frenesí merengue de otrora.
Versiones mucho más acaudaladas del cuadro blanco, sucumbieron en el pasado ante la ausencia de un conductor de su talante.
Sereno, tranquilo, fanático del fútbol simple. “Con tantas Armas que tengo en Real Madrid, no me apura mucho lo táctico. Mi idea es facilitarles el camino a hacer goles. Y defendernos bien”, dijo por allá en 2014, cuando devolvió al equipo de la capital de España al trono de Europa, tras 12 años de ausencia.
Hoy, ocho años después, cuando el núcleo duro de ese grupo ganó también sin él (y de la mano de otro líder “tranquilo”, Zinedine Zidane), volvió a ponerse la corona europea.
Amparado en un arquero extraordinario, con sed de reconocimiento y hambre de gloria en Thibeau Curtois, un enorme e inextinguible Luka Modric, una defensa que apretó cuando tuvo que hacerlo y que sufrió lo indecible para parar a PSG, Chelsea, Manchester City y Liverpool, lo mejor de Europa (¡y del Mundo!) hoy en día; con la inspiración de los jóvenes Valverde, Rodrygo y Vinicius, y la estampa goleadora y de crack mundial de un 9 1/2 como Karim Benzema. Una Champions inolvidable.
Liverpool dominó, con la mano extraordinaria de Jurgen Klopp sobre su plantilla, pero en el sufrimiento y el sacrificio merengues, también hay un mérito para colgarse la medalla de la victoria.
Carlo Ancelotti sigue dando pasos importantes en el Olimpo de los entrenadores mundiales. El italiano conquistó su segunda Champions League con Real Madrid y la cuarta en su historia, erigiéndose en el DT más ganador de copas europeas de todos los tiempos. Maestro. pic.twitter.com/W8o63hblQM
— Idioma Fútbol (@idiomafut) May 29, 2022
Este plantel está lejos de ser galáctico. Florentino Pérez recibió dos cachetadas de humildad en una semana. Una amarga, ante la negativa de su fetiche, Kylian Mbappé, a irse al Madrid; y una buena, la de su propio plantel, el más humilde en años, que terminó apelando a la épica, al corazón y a la garra, para salir campeón de Europa por 14va vez.
¿Dónde estará entonces clave del éxito? En el liderazgo tranquilo e inteligente de Ancelotti. Un guía capaz de inspirar a sus pupilos, un cómplice de sus dirigidos, que viven dispuestos a dar todo por él.
