La pizarra de Pep Guardiola sigue marcando diferencias en los partidos más importantes de Europa. Y lo demostró contra el Real Madrid en el Etihad Stadium en la vuelta de las semifinales de la UEFA Champions League con John Stones como principal protagonista.
El central inglés volvió a tener la misma función de los partidos interiores (central sin balón y mediocampista con balón) y fue clave para hundir al Real Madrid en su propio campo. Su presencia en zona de volantes fue clave para generar ventajas en el carril central. Carlo Ancelotti planteó un 4-2-3-1 con Luka Modric sobre Rodri y un doble pivote formado por Federico Valverde y Toni Kroos en las fases defensivas.
John Stones hundiendo al Real Madrid
Ante este escenario, el rol de Stones fue fundamental para generar un 4vs3 en carriles centrales. Generó superioridades sobre Modric ocupando la misma altura de Rodri y con mayor terreno para romper/asociarse aprovechando el posicionamiento de Ilkay Gündogan y Kevin de Bruyne. Ambos interiores fijaron al doble pivote del Real Madrid.
La movilidad, interpretación y calidad técnica fueron fundamentales para que el Manchester City lograra hundir a su rival cerca del arco de Courtois. Atacando tanto el lado fuerte como el débil, teniendo terreno para conducir y pisar zonas ofensivas.
Al mismo tiempo, la presencia del inglés en la zona de volantes le facilitó a Guardiola posicionar a Gündogan un poco más arriba para atacar el espacio entre central-lateral. “La diferencia entre la ida y la vuelta es que allí habíamos puesto un interior más atrás y hoy se lo hemos puesto más adelante”, afirmó el entrenador español post partido. Y la posición del alemán fue clave en la acción del segundo gol:
Una de las claves de la actual versión del Manchester City es el rol que tiene Stones dentro del sistema de Pep Guardiola, elevando su nivel y consiguiendo una ventaja táctica importante para generar superioridad en una zona clave del juego.
