El PSG derrotó a la Juventus de Turín en condición de local y comenzó con el pie derecho la fase de grupos de la UEFA Champions League. Pese a sufrir mucho en el último tramo del encuentro, el conjunto parisino fue ampliamente superior a su rival y lo hizo a partir de su estructura ofensiva.
Christophe Galtier no cambió mucho en comparación a los primeros partidos de la temporada en Ligue 1. Apostó por el 3-4-2-1 con los mismos intérpretes de los primeros partidos con sus estrellas en zona ofensiva. El PSG dominó un amplio tramo del encuentro a partir de su organización en las fases con pelota con sus carrileros fijando por fuera (zona de amplitud), lo que sirve para hundir al rival en su campo y ofrecerle mayores libertades a los diferentes: Lionel Messi, Neymar Jr y Kylian Mbappé.
El PSG de las estrellas
Los tres atacantes tienen la posibilidad de moverse por toda la cancha para intervenir en el juego a diferentes alturas. Neymar y Mbappé intercambian de manera constante sus roles dentro de la circulación de la pelota, quitándole al rival la posibilidad de fijar y tener que moverse con desventaja ante ellos. El francés apabulla por su velocidad al espacio y el brasileño (centro izquierda) por sus gestos técnicos. Sus sinergias fueron claves para que el conjunto parisino llegara a zonas de remate.
Por su parte, Messi tiene más relación con el costado derecho. Suma por dentro, jugando entre líneas o descendiendo a la zona de volantes, y se relaciona con sus compañeros. Tiene más aliados que hablan el mismo idioma en el costado izquierdo. La presencia de Achraf Hakimi en banda derecha le facilita pisar otras zonas y no estar atado a la banda. Fijar por fuera para liberar por dentro, donde están las estrellas.
El PSG fluyó con mucha facilidad en todas sus posesiones en campo contrario con Vitinha y Marco Verratti (partido enorme) luciéndose como organizadores en los primeros pases y relacionando al equipo con la esférica.