En el centro de las celebraciones del Barcelona por el doblete Liga-Copa del Rey estuvo Andrés Iniesta. En la que es su última temporada con el conjunto culé, luego de 22 años, el público y sus compañeros le aclamaron durante la Rua.
“Ojalá esto fuese eterno, pero todo tiene su principio y su final”, había afirmado a Movistar Plus, tras la obtención de su título número nueve en la Liga, el séptimo del Barcelona en diez años. “No tengo decidido dónde iré. No hay nada hecho. Cuando acabe la temporada espero que esté todo en orden. Tomo la decisión que creo más honesta para mí y mi club. Aún queda la cita del Mundial. Ahora, a otra experiencia, otra aventura”.
El manchego fue determinante en el campeonato logrado con 86 puntos, a falta de cuatro duelos para el final. Los culés están invictos en la campaña: de terminarla sin perder, se convertirían en el primer equipo en hacerlo en España.
“Las ligas son todo el año, todos los fines de semana, la regularidad, constancia. El equipo lo merecía. Estoy muy feliz por ganar otra liga”, apuntó el mediocampista.“Cada competición tiene su dificultad y su valor. No hay que pensar en la eliminación de Champions ante la Roma, me quedo con que ha sido una gran temporada”.
Riazor, la jornada previa, se rindió a sus pies. Pese al dolor del descenso, el Deportivo La Coruña y su público ovacionaron a Iniesta.
“Son sensaciones indescriptibles. A nivel personal y como deportista. No hay palabras cuando recibes tanto cariño por parte de la gente. Es un agradecimiento eterno. Todos los mensajes me han llegado al corazón”, recalcó el volante de 33 años.
“Son muestras que salen de dentro de cada persona y eso es lo más bonito. Durante todo este tiempo he intentado ser un buen deportista. Para mí, es algo muy importante lo que me transmite la gente”.
