¡Ya era hora de que se hablara de Zidane! Por diestra y por siniestra. La mayoría finalmente se rinde a su valía como DT, tras conseguir la Liga 34 en la historia del Real Madrid con un sprint final formidable. Los hay quienes prefieren seguir mirando a un costado, argumentando que la Diosa Fortuna le sonríe una y otra vez. La única verdad es que si alguien podía brindarle al conjunto blanco sus dos primeros títulos de la era post-Cristiano, ese era el francés (Supercopa de España y Liga 19/20).
Resulta cuanto menos curioso que un entrenador que sale a título por cada 19 partidos disputados y que dirige con tanta naturalidad a la “Casa Blanca” tenga que reafirmarse una y otra vez. Como cuando hipnotizaba la pelota con sus controles. Así, sutilmente, el francoareglino se encumbra a la cima. Claro que se puede sentar en la mesa de Klopp, Guardiola, Mourinho, Simeone y compañía. Quizá lo que le diferencia y es lo que causa mayor recelo es que como jugador ya había asegurado su lugar en el Olimpo del fútbol.
Su estilo está lleno de pragmatismo. Ganar es el objetivo primario. Para ello, el Madrid es capaz de ponerse distintos trajes sin renunciar al orden y al equilibrio tan profesado por Zizou en ruedas de prensa. De él se ha dicho que su ideario cursa con el gen defensivo italiano, aprendido en su época juventina con Lippi. El mismo Marcello confesó alguna vez: “Tendrá toda su vida un poco de Italia dentro de él. Aprendió con entrenadores italianos, como yo o Ancelotti. No tengo ninguna duda en que Italia ha sido esencial para él, en su evolución como jugador y entrenador”.
Apenas 284 días pasaron para que Zidane regresara. En el medio, la hecatombe de una temporada caótica por su marcha y la de CR7. Recibió a una plantilla pálida como su uniforme y la reavivó como cuando apagó el incendio de Rafa Benítez en 2016. En la Liga 19/20, Zidane fue más “Harry Potter” que nunca. Se sacó de la chistera artilugios varios para desarticular cada obstáculo: baja forma de su fichaje estrella (Hazard), lesión prolongada de Asensio, convivir los incómodos casos de Bale y James, la falta de compañía para Benzema en ataque y hasta la extenuante seguidilla final de partidos tras el parón.
Aunque son varios los aciertos, puntualizamos cinco factores que han hecho a Zidane evolucionar como DT y al club “Merengue” ser campeón otra vez.
Solidez defensiva
Tras el 0-3 encajado en París por la UCL, Zidane dio un giro de tuerca para coleccionar vallas invictas. Con un Thibaut Courtois muy sobrio, junto con el nivel TOP de Ramos y Varane, la zaga se combinó para ser el equipo con menos goles encajados (23), más vallas invictas (19) y uno de los que menos remates recibe (322) en 37 partidos. En la solidez defensiva también participa el mejor recuperador del campeonato: Casemiro (67 quites). Y, en general, el sacrificio y las ayudas de un equipo comprometido que recupera rápido el balón. La presión adelantada también resalta con Benzema como primer soldado.
Control en la medular
Un sector de la prensa atiza al Madrid por su estilo de juego anodino. Pero desde que Zidane asumió como DT sus oncenas siempre han sido protagonistas. El equipo tal vez no tenga la velocidad y espectacularidad de antaño por la desintegración de la temible BBC, pero le sigue gustando dominar a través de la pelota. El Real ostenta un 59% de posesión en Liga. Más que nunca necesita de la tenencia para controlar al rival y no conceder ataques. La salida es siempre limpia desde fase 1. Allí es donde hombres como Kroos y Modric revivieron su importancia. El alemán es el que más pases realiza (2300) y el croata ha roto su récord de asistencias en la presente Liga (7) con un final de campaña para enmarcar. Valverde fue vital para darle aire fresco a la medular.
Protagonismo de los laterales
Al igual que en la primera Liga obtenida por Zizou, los laterales han sido más vitales que nunca. Entre Carvajal, Mendy y Marcelo han repartido nueve asistencias en la campaña liguera y han sido objeto de tres de los últimos cinco penaltis cometidos al Madrid tras el confinamiento. Sea con el dibujo de cinco centrocampistas o el de los extremos (de perfil natural o pierna cambiada), el peligro “merengue” tiene su génesis en las bandas. De Mendy hay que decir que es todo un acierto de Zidane, que lo trajo a Madrid.
Implicación de toda la plantilla
Las dos ligas de Zidane en el Real Madrid tienen a la profundidad de la plantilla como un denominador común. Hasta 21 jugadores distintos han anotado goles en la actual campaña. Sí, incluso James o Bale, que han contado para Zidane en algunas visitas durísimas: Real Sociedad, Villarreal o Sevilla. La rotación se ha notado mucho más en puestos puntuales, como en los dos extremos, el lateral izquierdo, y en los mediocampistas interiores. Hay demarcaciones como la de Casemiro o la de Benzema que no tienen aún un recambio de garantías, siendo dos de los tres jugadores más empleados por Zizou en Liga.
Apuesta por los jóvenes
Esta temporada se ha visto más que nunca un Zidane en plan formador. Suyo es todo el mérito cuando se habla de la consolidación en el primer equipo de hombres como Federico Valverde (21 años) y Rodrygo (19 años), vitales en toda la zafra. Además, se le debe otorgar el mérito en manejar la ansiedad que muestra de cara al arco Vinicius (20 años). El DT galo está empeñado en que el ex Flamengo sea más resolutivo. Su gol ante Barcelona fue determinante para la lucha por la presente Liga.
