La “BBC” ya es un mito del madridismo. Si el aquilatado tridente formado por Cristiano, Bale y Karim marcó un camino de opulencia y pegada en el primer ciclo de Zinedine Zidane en el Real Madrid, lo que el francés vive actualmente en la “Casa Blanca”, intentando dar con la tecla de una nueva terna ofensiva, es una realidad diametralmente opuesta. Un contexto cercano a la sequía. Muchos de los males del equipo “merengue” se pueden explicar desde su falta de contundencia. O expresado de una manera más exacta, desde su incapacidad para fabricar los caminos hacia el gol.
La falta de efectividad se extrapola a las dos áreas. Al no poder capitalizar en el arco de enfrente temprano en los partidos, comienzan a aparecer los fantasmas o males endémicos de un retaguardia que solo ha podido dejar el arco en cero en tres partidos de 10 posibles en el curso 2020-2021. Por mucho que Sergio Ramos se ponga el traje de caudillo y Thibaut Courtois el de santo.
Esperando a Hazard (lo que haya que esperar)
Ciertamente, mucho han tenido que ver las ausencias de Eden Hazard para que Zidane no haya podido juntar a su tridente de ensueño. El belga fue el elegido en el verano de 2019, bajo el beneplácito del DT marsellés, para tratar de llenar los zapatos de Cristiano Ronaldo y sus 50 goles por año.
No estaba llamado tanto a pisar la misma horma del portugués, puesto que su productividad artillera siempre ha sido más baja, pero llamativa para ser un “10” reclinado en una banda. De hecho, la cota más alta de Hazard en liga la logró con el Lille francés en la campaña 2011-2012, cuando marcó 20 goles. Con el Chelsea alcanzó dos veces el techo de los 16 tantos en la Premier League. Nada mal.
Se sabe que Eden -que ha sido de todo menos el paraíso para el Madrid hasta ahora- fue traído para agitar la ofensiva “blanca” como solo él puede hacerlo, más allá de convertirse en el finalizador de las jugadas. Si la salud le respeta, está llamado a ser el titular por banda izquierda para jugar a perfil cambiado como tantas veces lo ha hecho incluso en la Selección de Bélgica.
“Cuando volvimos al banquillo, nos dijimos que no deberíamos hacer lo mismo. No solo porque ya no existía la figura de Cristiano sino porque los jugadores también necesitaban otro mensaje”, confesó David Bettoni, mano derecha de Zidane, tras conquistar el segundo título de Liga del francés el pasado mes de julio.
Asensio, el As bajo la manga
Al maltrecho tobillo de Hazard y a su muy cuestionada falta de forma, se unió otro problema al elenco que dirige Zidane en el que casi nadie reparó: la lesión de larga duración de Marco Asensio durante la pretemporada del curso anterior. El mallorquín se iba a perder toda la campaña 2019-2020, si no hubiera sido por la pandemia. El confinamiento le dio alas para regresar y ayudar al Madrid a coronarse como campeón de La Liga en una vuelta al fútbol monumental (10 victorias y un empate).
El extremo, de 24 años, colaboró con tres goles y una asistencia en nueve apariciones, recordando a aquel jugador rendidor que fue vital en los últimos dos años de la primera etapa de Zidane (2017 y 2018), sobre todo en Europa. En el orden natural de las cosas, Asensio es el dueño de la banda derecha en el tridente de Zidane, pues el zurdo español con la cancha de frente es tan incisivo como peligroso. Ante el Inter de Milán, recibió su quinta titularidad al hilo, toda una declaración de intenciones, aunque su reemplazante Rodrygo haya marcado el gol de la victoria sobre el final.
“Siempre nos quedará Benzemá”
Cada vez que Hazard y Asensio abordaban el vuelo de las lesiones en el último año y medio, Zidane repetía a sus adentros: “Siempre nos quedará Benzemá”, como cuando Humphrey Bogart le dice a Ingrid Bergman el famoso “Siempre nos quedará París” en el clásico del cine “Casablanca”. Y es que este combo de ausencias, expuso dos realidades en el Madrid: que Benzemá es el santo y seña del ataque y que el resto de los extremos disponibles en la plantilla para mantener en funcionamiento el 4-3-3 predilecto de “Zizou” resultaban muy livianos, poco resolutivos o faltos de “punch” para seguirle el ritmo al “Gato”. O lo que es lo mismo, Vinicius Jr. y Rodrygo Goes.
De Karim, se puede destacar siempre lo positivo: ha sido el top scorer del Madrid en Liga en las últimas dos zafras con 21 goles. También es verdad que el juego entre líneas de los “blancos” depende también del accionar del ariete franco-argelino cuando desciende unos metros a jugar de espaldas o se escora en las bandas para intentar encontrar la superioridad y el desborde. Esto se agudiza cuando no está Hazard.
Cuando esto último ocurre, Zidane no ha logrado que sus jóvenes extremos brasileños terminen de cuajar o que sus interiores sean lo suficientemente capaces de cargar el área, a excepción de unos cuantos goles al primer toque de Kroos, unos fogonazos teledirigidos de Luka Modric, unas apariciones fugaces de Casemiro como “9” o los últimos desprendimientos de Federico Valverde para pisar con pegada la 16 con 50.
A fuego lento: Rodrygo y Vinicius
Muy a pesar de que Rodrygo y Vinicius aún tienen la etiqueta de promesas a futuro, su tendencia a no culminar bien las avanzadas blancas condenan al Madrid a quedarse con la pólvora mojada y a su hinchada a perder la paciencia con facilidad.
Ambos youngster atesoran habilidades de sobra, pero les sigue faltando afinar el apartado mental. El ex Flamengo debe lidiar con sus niveles de ansiedad para no apresurar demasiado las jugadas, mientras que el ex Santos debe mostrarse mucho más atrevido, encarador. Aparecer más y seguido.
En defensa de Rodrygo, en la Champions League, en las últimas dos fases de grupo, ha sido un verdadero salvavidas para el Real. El “25” marca un gol o asiste cada 50 minutos, el mejor de la plantilla. Todo lo contrario ocurre con Vinicius, cuyo déficit de goles esperados (xG) es igual a 5.77, según datos de la empresa Opta.
El panorama cambió un tanto ante el Inter de Milán, cuando los amazónicos se combinaron para fabricar el gol balsámico de los de Zidane ante un club de marquesina. No obstante, no se puede asegurar que la tendencia se mantendrá. En consecuencia, no sería extraño que en el próximo duelo ante el Valencia Zidane pueda alinear al tridente formado por Hazard, Asensio y Benzemá desde el “vamos” por tercer partido consecutivo. De ellos, ha dicho en rueda de prensa: “Harán grandes cosas en el Real Madrid”.
