Nueve años. 24 años y 206 días. La primera cifra, va para 2011, el año donde el Barcelona utilizó una alineación tan joven como la del martes (en promedio de edad, la segunda cifra) en Champions.
Ganó y gustó. En España, están “flipando” con lo que prensa ha llamado “El Plan B” del Barcelona, que ya para muchos, por cómo se devoraron al Dinamo de Kiev, ya podría ser considerado “Plan A”.
Es que ver un once con Ter Stegen; Dest, Mingueza, Lenglet, Junior; Pjanic, Aleñá; Trincao, Coutinho, Pedri y Braithwaite, una total revolución, da para pensar. Nunca se debe subestimar la energía y las ganas de mostrarse del talento emergente.
Y más, si los consagrados, muestran un evidente desgano, un funcionamiento realmente rácano y que agudiza los ya maltratados nervios del aficionado culé.
Pique, Sergi Roberto, Ansu Fati, Busquet y Umtiti, ya eran bajas. Por fuera quedaron De Jong y Messi y Dembelé se quedó en el banco. Apenas Griezmann entró para marcar el cuarto gol, cuando ya el triunfo estaba servido.
Tres elementos de esta revolución en Kiev destacaron: Sergiño Dest, lateral izquierdo, se comió su costado y autor del primer gol, el que sirvió para destrabar la superioridad del Barcelona en una primera mitad que parecía que otra vez se iría con las manos vacías.
Martin Braithwaite, a quien muchos llamaron “dinero desperdiciado”, sirvió el gol al jugador gringo y marcó dos. Fue funcional en lo ofensivo y resultó.
Y Oscar Mingueza. Un central que ofreció muchísimas seguridades y que Koeman dijo que veía con muchísimas posibilidades de repetir. Como pocas veces en el curso, el equipo se vio sólido, suelto y con hambre de avasallar con todo a su paso.
Entre estrenos y oportunidades, pasó este festín y con él, el avance seguro a octavos. La pregunta que viene: ¿Quiénes de estos pudieran ser finalmente parte del plan “A”?
Dest, viene ganando enteros para cimentarse como un lateral zurdo con creces, por ejemplo. O Mingueza, que puede aprovechar la coyuntura para ponérsela más difícil a los habituales consagrados.
La euforia ha cegado a columnistas de diarios catalanes. Pero se lanza una moneda al aire: ¿Al Barcelona le hace falta jugar con un “nueve-nueve”? El danés Braithwaite ha hecho todo lo que hace un nueve: dos goles, provocar un penal, pasar a gol. Ha sido su mejor noche con el Barcelona.
No ha debutado en Liga como titular aún ni ha estrenado redes. Se le recuerda en sus antecedentes pre-culés como un nueve, no muy alto, pero sí de área. Lo del año pasado en el equipo, fue irregular e insuficiente y quizás por eso, se lanzaron improperios en las redes sociales al ver la alineación del martes. Pero, hoy, amaneció con la autoestima bien arriba.
Koeman, en la Liga, donde está más urgido, ha jugado con 4-2-3-1 con Messi como “nueve” y con 4-4-2, igual con Messi como delantero. ¿Por qué no probar retrasando un poco a Messi y aprovechar el cariz que demostró Martin como centrodelantero nato? Seguramente, Koeman lo está evaluando.