Tras un inicio de 2021 cargado de polémicas dirigenciales, protestas violentas y una larga seguidilla de resultados mediocres, el Olympique de Marsella, único campeón francés de una Champions League, decidió dar un golpe en la mesa para calmar las aguas.
Su propietario, el empresario norteamericano Frank McCourt, decidió deponer al muy criticado Jacques-Henri Eyraud como presidente y nombrar en su lugar al hasta hace poco director deportivo, Pablo Longoria.
Franck McCourt anuncia cambios significativos, abriendo un capítulo nuevo en la historia del Olympique de Marseille.
— Olympique de Marseille 🇪🇸🇦🇷🇲🇽 (@OM_Espanol) February 26, 2021
El español de 34 años, quien pese a su juventud cuenta ya con una dilatada carrera como dirigente en el fútbol europeo, asume el cargo en el mismo momento que el nuevo entrenador, el argentino Jorge Sampaoli, a quien venía sondeando desde hace un mes, a partir de la crisis de resultados del club.
Crónica de una crisis
En enero, el club era aún dirigido por Andre Vilas-Boas, quien en 2020 devolvió al Marsella a la UEFA Champions League, pero cuyo paso fue desastroso (un punto en seis partidos). Luego, una seguidilla de partidos sin ganar (entre distintos torneos) y las discusiones con Longoria sobre la contratación de jugadores, llevaron al portugués a poner su cargo a la orden en medio de polémicas declaraciones a inicios de febrero.
Al problema interno se le añadieron las constantes manifestaciones (virtuales y físicas) de la muy vehemente afición marsellesa, que incluso derivaron en actos violentos en la sede deportiva del club, provocando daños a instalaciones, suspensión de un partido y ulteriores condenas judiciales a algunos hinchas involucrados.
Sampaoli – OM: mezcla explosiva
La nueva cara visible del club será el polémico entrenador argentino, ex Sevilla, Universidad de Chile, Atlético Mineiro y doble campeón de América con la selección chilena, entre otros.
Sampaoli, cuyos últimos proyectos y resultados han sido rebatidos por ser costosos y poco productivos, además de sumarse su temperamento de sangre caliente, representa un arma de doble filo en el banquillo del Marsella.
Como ya mencionamos, el cuadro francés tiene problemas económicos y una gerencia complicada (ahora en reestructuración), además de una hinchada muy furibunda, lo cual a priori representa una mezcla explosiva con su nuevo director técnico.
“Marsella es el club del pueblo y yo me siento representado en ese calor. En el mundo, hay lugares tranquilos y otros intensos. Yo quiero el ruido y acepté sin dudarlo. Este es el equipo del corazón y por eso acá estamos. Vamos por todo», expresó Sampaoli, como confirmando nuestra teoría de que su paso por Marsella promete sacar chispas.
