Bruno Fernandes fue una de las principales estrellas de la victoria del Manchester United ante el Everton en la pasada jornada de la Premier League. El portugués destacó por encima de la mayoría ocupando un rol diferente en la actual campaña, siendo una solución para uno de los principales problemas de Erik Ten Hag en los últimos meses.
El entrenador neerlandés apostó por su característico 4-2-3-1, pero invirtió los roles de sus mediocampistas para enfrentarse al Everton de Sean Dyche. Bruno Fernandes jugó en la primera zona de volantes y Marcel Sabitzer ocupó el rol de mediapunta. Una variante que le ofreció las variantes necesarias para superar el bloque defensivo de su rival.
Bruno Fernandes, el quarter-back de Erik Ten Hag
El portugués fue el quarter-back del conjunto Red Devil. Con un punto de partido más retrasado, intervino de manera constante en los primeros pases y facilitó que su equipo lograra posicionarse en campo rival. Su rango de pase, tanto corto como largo, y cualidades asociativas fueron claves para que el Manchester United lograra imponer su juego en Old Trafford.
Erik Ten Hag apostó por él en dicha posición debido a que, desde la baja de Christian Eriksen (quien volvió a las canchas justo en este partido después de una lesión), no cuenta con un mediocampista central que pueda organizar al equipo desde los primeros pases. Y le funcionó a la perfección en el partido. Una variante que nació desde la necesidad.
Por otro lado, con la presencia del portugués en la base, Marcel Sabitzer y Scott McTominay pudieron explotar sus cualidades de llegadores para ser amenazas constantes en el área de Jordan Pickford. Fue un detalle táctico clave para que su equipo lograra llevarse los tres puntos y seguir en la pelea por los primeros cuatro puestos de la Premier League.
