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La versión más “humana” de Leo Messi

Leo Messi
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El 2020 ha sido atípico por demás por la pandemia del Covid-19 que azotó al mundo. El Barcelona y su máxima estrella Lionel Messi no han quedado al margen de presentar una cara no habitual en este curso. El final de la temporada anterior -etapa post confinamiento- ya dejaba indicios de la debacle blaugrana a nivel futbolístico, cediendo La Liga ante su archirrival y siendo humillado en UCL por el Bayern Múnich. Pero también dejaba entrever el leve bajón de su máxima estrella, cuestión que tenía mucho que ver con su estado anímico.

A día de hoy, su performance ha sido puesta en tela de juicio desde los sectores más críticos. Pues Messi, que “mal acostumbró” al público con números estratosféricos año a año, en el inicio de esta campaña está mostrando su versión más “humana”. De hecho, hay dos datos que sorprenden por encima de cualquier otro, sobre todo en la competición liguera, donde el Barcelona marcha 9no con dos partidos menos que la mayoría.

El primero de ellos es que el argentino todavía no ha dado ningún pase gol en la Liga, tras 10 partidos disputados, según los datos que registra la página oficial del torneo. Vale acotar que en la Liga 2019/2010 fue el líder asistidor con 21. Esta temporada, ese rubro es comandado en la escuadra blaugrana por Jordi Alba con tres pases de gol, seguido de Griezmann, Coutinho y Sergi Roberto con dos cada uno.

En el apartado anotaciones, de las cuatro que ha logrado Messi en 10 partidos de Liga, dos han llegado por la vía del penal. Y los otros dos sí que han llegado de jugada en partidos encarrilados, exceptuando la partida ante el Betis, cuya entrada en el segundo tiempo resultó diferencial para los intereses azulgranas.

Leo Messi
Messi celebró mostrando una camiseta con el dorsal de Maradona cuando jugó en Newells.

Ante Osasuna, inspirado más que nunca por rendirle homenaje a Diego Maradona, la “Pulga” se salió con un golazo marca registrada. En UCL, ha dejado tres anotaciones. Todas desde el manchón penal.

 

El fútbol es un estado de ánimo

“El fútbol es un estado de ánimo”, llegó a decir Jorge Valdano. Su compatriota Messi parece estar padeciendo más que nunca de esta afirmación. El verano resultó más que convulso en ‘Can Barça’ con un Leo Messi tensando la cuerda al máximo para forzar su salida del club. El desenlace dio la vuelta al mundo a través de la primicia de Goal.com. Una aparición pública del astro argentino para anunciar que finalmente se quedaba porque el club no quiso venderle a ningún precio.

Había llegado para entonces el neerlandés Ronald Koeman a capitanear el barco. También un racimo de noveles adquisiciones como Pedri, Trincao y Dest. Sin embargo, se había marchado Luis Suárez, señalado tal vez injustamente como una de las manzanas podridas del funcionamiento del equipo. A otro futbolista emblemático como Ivan Rakitic se le enseñó la puerta de salida, así como también al experimentado Arturo Vidal. Lo de Vidal y Suárez golpeó especialmente a Messi, pues tenía una relación de amistad con ambos y una buena sintonía dentro del campo.

Leo Messi
Leo Messi mostró su mejor versión marcando un doblete contra el Betis.

Desde entonces hemos visto a un Leo Messi cabizbajo. Por primera vez en mucho tiempo, se le ha visto ser más “feliz” y esforzarse más con la Selección Argentina, que con el mismo FC Barcelona. Desde lo táctico, Koeman ha configurado un esquema, donde el argentino ha alternado en el 4-2-3-1, jugando de mediapunta, de falso 9 o partiendo como extremo por derecha. Contando con libertades absolutas de movimiento en ataque y con muy pocas o nulas responsabilidades defensivas.

Su cara más “normal” se constata en partidos como el que el Barcelona jugó ante el Cádiz y saldó con derrota (2-1) el pasado sábado. Más allá de una serie de errores defensivos garrafales que condicionaron el partido, la lupa ha sido puesta sobre las 29 pérdidas de balón de Leo Messi, su peor registro en toda la temporada.

Leo Messi
El Barcelona cayó el pasado fin de semana ante el recién ascendido Cádiz.

Esta falta de sincronía colectiva y de inspiración individual reluce más cuando el escenario es el Ramón de Carranza o cualquier otro estadio de España diferente al Camp Nou, el “playground” de Messi. Cuando el argentino se aleja de su “jardín” particular, su productividad decae dramáticamente. De hecho, en las últimas 16 salidas del Barcelona, el rosarino solo ha colaborado con dos anotaciones.

La cuestión del gol representa un dato no menor. La especie de “sequía” se confirma cuando se compara los promedios goleadores del argentino de una campaña a otra. Mientras Messi culminó la Liga 2019/2020 con un promedio de 0,76 goles por encuentro (25 goles totales). En la actual campaña, el “10” blaugrana exhibe un promedio de 0,4 anotaciones por compromiso.

De seguir con este ritmo, el último Balón de Oro culminaría con 15 tantos en la temporada, lo que sería su peor registro desde que en la 2007-2008, antes de su explosión goleadora con la llegada de Guardiola. En aquella temporada sumó 10 goles en 28 cotejos. Mañana reeditará en el Camp Nou su duelo eterno con CR7, un desafío que bien pudiera impulsarlo a lograr su primera gran actuación estelar de la temporada y fijar un punto de quiebre en su desempeño decisivo de aquí en más.