Lejos de los goles, de los flashes y de los discursos estruendosos, Luka Modric se fue ganando su preeminencia en el fútbol mundial. Un obrero que llegó lejos: hoy es The Best, el Mejor jugador de la Fifa.
El croata destronó a Cristiano Ronaldo, que había ganado las dos ediciones anteriores. Mucho más lejos quedó Lionel Messi, para muchos el futbolista más determinante, sino de la historia, de esta era.
“El trofeo demuestra que todos podemos convertirnos en grandes con mucho trabajo y mucho esfuerzo”, afirmó Modric en Londres.
“Este premio no es solo mío, es para todos mis compañeros del Real Madrid y de Croacia, y para los entrenadores”, recalcó. “Gracias a mi familia, sin ellos no sería el futbolista que soy. Y a todos mis aficionados, gracias por ese gran apoyo y el amor que me muestran todos los días. Significa mucho para mí”.
Los números de Modric no superaron, en la temporada, los alcanzados por CR7. Si el portugués logró 15 goles en el tricampeonato europeo, el croata tuvo solo uno. Si en la Liga el astro de Funchal anotó 26, el de Zadar solo anotó dos.
Quizá pesó más el espíritu grupal mostrado por Modric, o el subcampeonato de Croacia en Rusia 2018, pero la decisión final no dejó de tener su controversia.
Luka recibió el 29,05% de los votos, por 19,08% de Cristiano Ronaldo.
“Es un gran honor estar aquí con este trofeo increíble”, insistió Modric. “Quiero felicitar a Mohamed y a Cristiano por la gran temporada que hicieron: estoy seguro que en el futuro tendrán la oportunidad de pelear por este título”.
“Me gustaría recordar a mis ídolos en el fútbol, a la selección croata de Francia 1998: fue mi gran inspiración. Ese equipo nos inspiró para saber que podíamos hacer algo grande en el futuro: ojalá nosotros podamos ser lo mismo para la siguiente generación”.