Toni Kroos y Luka Modric son dos de las caras más reconocibles del Real Madrid campeón de Europa. Ambos definen a la perfección lo que fue su equipo en la actual edición de la UEFA Champions League: Jugadores que alejan la presión de sus cabezas, no se esconden en el escenario más adverso y que se imponen ante las circunstancias, buscando siempre soluciones para que el colectivo pueda seguir su camino. Con roles diferentes, pero formando uno de los mejores mediocampos de la historia del fútbol.
En París y ante uno de los equipos que mejor presiona de todo el mundo, Toni Kroos y Luka Modric fueron los faros que alumbraron el camino para su colectivo. Sus intervenciones fueron claves para no perder pelotas comprometedoras cerca de Thibaut Courtois y para gestionar el ritmo para apagar al Liverpool poco a poco hasta que llegó la anotación de Vinícius Junior.
Toni Kroos y Luka Modric en París
El alemán fue el principal responsable de los primeros pases, liberando a Casemiro de esa labor. El brasileño fijaba por dentro, ganaba metros para recibir atrás de la presión rival y liberaba la zona para la presencia de su compañero. El Real Madrid, pese a no generar muchas oportunidades de peligro (en comparación a los números del Liverpool), movió la pelota con mucha mayor calidad y generó las dos oportunidades más peligrosas: El gol de Vinícius y un mano a mano de Karim Benzema. Lo más importante en el fútbol es la calidad de las ocasiones y no su cantidad. Y Toni Kroos fue fundamental en los primeros metros.
Por otro lado, el croata firmó una de sus grandes actuaciones en la noches más importantes. Una en la que no pierde la pelota y solo ofrece soluciones a todos sus compañeros. Tiene una mente inquebrantable a nivel emociona y diferencial a nivel futbolístico. Sus caídas a zonas laterales para ofrecerse como opción de pase en el primer escalón, sus intercambios de pasillos/alturas con sus compañeros de banda y sus intervenciones fueron claves para que el costado derecho tuviera claridad para progresar.
La final de París quedó marcada por Courtois y Vinícius, pero nombres como los de Modric y Kroos no pueden quedarse en el tintero. Dos leyendas que siguen haciendo historia en la Copa de Europa.
