Para definir a Zidane como futbolista debe clasificársele, cuanto menos, como un auténtico mago. Aquel chico de Marsella creció para convertirse en uno de los mejores futbolistas de la historia y para ganar, entre otros muchos trofeos, la Uefa Champions League.
Sin embargo, el romance de Zizou con la orejona no terminó ahí. Retirado de la élite pero nunca alejado del fútbol, el francés ocupó el cargo de asistente técnico de Carlo Ancelotti, logrando así conquistar el trofeo por primera vez fuera de las canchas, en el año 2014.
Luego del mal arranque de Rafa Benítez en la 15-16 y de la goleada propinada por el Barcelona, llegó su momento. ZinedineZidane asumía el mayor reto de su carrera como entrenador: dirigir al primer equipo del Real Madrid.
Con viento en contra y una temporada muy cuesta arriba, el discurso del míster lo primero que buscó fue levantar los ánimos de un club decaído. Así pues, sorprendiendo a propios y extraños, el Madrid de Zidane levantó cabeza en liga y le recortó una enorme brecha al Barcelona, actual monarca europeo.
Entre tanto se preguntarán, ¿qué pasaba en el concierto internacional? Bueno, primero que nada, los dirigidos por Zizou tuvieron que afrontar una eliminatoria dura para superar al sorprendente Wolfsburgo. Luego, el Manchester City vendería muy cara su derrota en semifinales, tras 180 minutos y un global de apenas 1-0.
De esta manera llegaba el gran día. El 28 de mayo de 2016, en Milán, el Real Madrid vencía a su rival de ciudad, el Atlético de Madrid, y ganaba su decimoprimer título continental. Anótenle la primera al mago, que ahora deslumbraba al mundo desde el banquillo.
Nadie había podido repetir el título europeo con el nuevo formato de la Uefa Champions League. Pero claro, tenía que llegar Zidane a romper el maleficio. Un 2017 lleno de éxitos y que terminó con cinco trofeos, recibía el mejor de los adornos: la duodécima.
Finalmente vendrá la caída, dijeron muchos. Y sí, era muy fácil de pensar, pues la 17-18 tuvo un arranque muy difícil para los merengues. Sin embargo, dejando en el camino a rivales como PSG, Juventus y Bayern Munich, el Real Madrid tocaba el cielo continental por vez número 13. ¿El maestro de obras? No podía ser otro que Zinedine Zidane.