El Liverpool de Jürgen Klopp volvió o, por lo menos, es la sensación que transmite después de la goleada ante el Manchester United en Anfield. El conjunto Red firmó una actuación sobresaliente ante uno de sus principales rivales y se metió de lleno en la pelea por la cuarta plaza de la Premier League, principal objetivo después de una primera parte de temporada irregular.
Una de las claves del triunfo red fue su presión alta, uno de los registros que siempre destacó dentro del plan de juego de Jürgen Klopp y que estaba siendo un problema en los primeros compases de la actual temporada. El Liverpool logró imponerse al Manchester United a partir de su plan defensivo con un bloque agresivo tanto para buscar arriba a su rival como para imponerse en las segundas jugadas.
La presión alta del Liverpool ante el Manchester United
-Darwin Núñez y Mohamed Salah pendientes de los centrales con el uruguayo pendiente del pase entre centrales y portero. Gakpo pendiente para cortar pases por el carril central, teniendo en cuenta que los extremos también tapaban líneas de pase con laterales. Lisandro Martínez apenas pudo
-Harvey Elliott y Jordan Henderson encima de Casemiro y Fred. El primero no estuvo fino para solucionar diferentes acciones en los primeros pases y el segundo aportó muy poco en las fases con balón.
-Trent Alexander Arnold y Andrew Robertson, agresivos sin pelota para anticipar.
-Fabinho pendiente de las segundas pelotas y las intervenciones de Weghorst junto a los centrales.
La presión forzó a David De Gea a tener que jugar en largo de manera constante, lo que facilitaba al Liverpool a recuperar la pelota y comenzar nuevos ataques.
El Manchester United apenas pudo construir jugadas desde el fondo. El peligró lo generó a partir de un par de acciones donde Rashford y Weghorst lograron imponerse en duelos individuales. El Liverpool fue ampliamente superior y la principal razón es que, sin pelota, volvió a mostrar una versión cercana al primera del proyecto de Jürgen Klopp.
