Por fin llegó a buen puerto y en un mítico estadio. Santos y Palmeiras, dos equipos clásicos paulistas, jugarán la final de una accidentada Copa Libertadores en el imponente Maracaná y, casi ahí mismo, el ganador debe tomar un avión para Qatar y enrolarse en poco tiempo como representante sudamericano en el Mundial de Clubes.
Este es el llamado “Clásico da Saudade” (en español “Clásico de la Nostalgia”). Este nombre hace referencia al hecho de reunir a los dos equipos más importantes del futbol arte paulista durante la década de 1960, cuando el Palmeiras tenía a Ademir da Guia como jugador principal, y Santos, a Pelé.
Fueron muchos enfrentamientos entre estos en su época buena. Los historiadores brasileños lo consideraron “el mejor espectáculo de fútbol”. Sin embargo, todos recuerdan el día en el que Palmeiras y Santos se enfrentaron por el Torneo Rio-São Paulo el 6 de marzo de 1958. Era solo otro juego de torneo, que no decidiría nada. Pero lo que pasó esa noche fue increíble. Santos tenía a Dalmo, Zito, Dorval, Jair da Rosa Pinto, Pagão, Pelé y Pepe. Palmeiras contó con Valdemar Carabina, Waldemar Fiúme, Mazzola y Urias.
Fue un partido que quedó 7-6 a favor del Santos, con constantes remontadas de ambos equipos. Para el cineasta Aníbal Massaíni, «este juego está considerado como el más emocionante de la historia”.
Santos y Palmeiras en esa época se repartieron los títulos del torneo Paulista, el más importante del país junto al Carioca (Río de Janeiro). Aún no existía el Brasileirao (instaurado como Serie A en 1971) que unificó en una sola liga a todos las regiones de Brasil. Sin embargo, los estuaduais (estatales) aún siguen teniendo un gran valor para el aficionado.
Otra anécdota importante vivida en este Clásico fue beneficiosa para Palmeiras y ocurrió fuera de la cancha. Los palmeirenses han sido llamados «cerdos» desde la Segunda Guerra Mundial, como una forma de ofender a los italianos (Palmeiras antes se llamaba “Palestra Italia” y representaba esa comunidad), ya que Italia era el enemigo de Brasil (se alineó con los aliados) en la guerra. El mote infeliz se instauró en 1969 cuando, tras la muerte de dos de sus jugadores, el Corinthians pidió permiso para inscribir a dos suplentes y fue apoyado por todos los clubes, excepto el Palmeiras.
El presidente de Corinthians dijo que “Palmeiras tiene alma de puerco”. Desde entonces, llamar “cerdo” (porco) al palmeirense fue ofensivo, hasta que en un clásico contra Santos en 1986, el Alviverde ganó por 1 a 0 y la multitud vitoreó “… y dale cerdo y dale cerdo, olé, olé, olé… ”. La semana siguiente, el ídolo del equipo en ese momento, Jorginho posó para la revista Placar con la nueva mascota del cerdo en brazos. Se asumió que el cerdo era una mascota y nunca más un insulto.
Este Clásico Paulista (no es el principal del estado, el cual es Corinthians-Palmeiras), ha visto definir entre ellos en finales una Copa de Brasil (la ganó Palmeiras en penales) y tres campeonatos paulistas (dos para Palmeiras y uno para Santos). Ahora, este encuentro adquiere mucho más valor por la importancia infinita de ganar una Libertadores.