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Hace 35 años Palmeiras aceptó ser “puerco” ante Santos

Palmeiras.
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Este sábado, Santos y Palmeiras, dos que protagonizan uno de los más ardientes clásicos paulistas (Clásico da Saudade, que hablaremos pronto de él), pelearán por ganar la edición de la Copa Libertadores 2020.

Precisamente, en un duelo ante Santos hace 35 años, Palmeiras acepta sin complejos uno de sus apodos y lo hace parte de su identidad: “Porco” (puerco). La anécdota forma parte importante de la identidad de los verdes.

Sin embargo, aunque contra Santos fue que se sacudieron los complejos alrededor del cerdo, chancho o cochino, como usted le quiera llamar, el apodo porcino viene de un hecho doloroso que ocurrió del lado de su más acérrimo rival paulista, Corinthians.

El colorido fútbol brasileño, en una nueva página de rivalidades.
El colorido fútbol brasileño, en una nueva página de rivalidades.

El 28 de abril de 1969 fue un día oscuro para Corinthians. Dos jugadores del equipo alvinegro, el lateral derecho Lidu y el lateral izquierdo Eduardo, fallecieron en un accidente de tránsito.

El dolor corintio se reflejó en un homenaje marcado por pañuelos blancos agitados en silencio. Lidu tenía solo 22 años. Eduardo, 25 años. Ambos habían debutado en el equipo el año anterior, eran dueños absolutos del equipo y jugaban bajo una enorme expectativa. Corinthians estaba en la línea del título y estaba en camino de ganar el Campeonato Paulista ese año.

Treinta mil personas se reunieron en la sede del Corinthians, el viejo  Parque São Jorge para abrazarse en el más profundo dolor por la ida de dos talentos carismáticos e importantes.

A las 12:10 am, Lidu, que iba al volante perdió el control de un Beetle beige en el Ponte da Vila Maria, en Sao Paulo. Dice el reporte que dio tres vueltas en el pavimento.  Eduardo le acompañaba.  Llegaron sin vida al hospital.

Cuenta la historia, que el legendario Rivelino comandó el sentido homenaje. Lidu fue enterrado en Sao Paulo y el cuerpo de Eduardo viajó a su Río de Janeiro natal.

El 3 de mayo, apenas cinco días después de la tragedia, representantes de los 14 equipos del Campeonato Paulista realizaron una votación tras una solicitud del Corinthians.

 

La cochina actitud del Palmeiras

El club alvinegro quería una autorización para inscribir a dos deportistas fuera de plazo en las plazas de Lidu y Eduardo. Sin embargo, la reunión en la sede de la Federación de Fútbol de Sao Paulo terminó antes de lo esperado. En menos de 40 minutos, se decidió que el Corinthians no podía reemplazar a los jugadores muertos; la regla era la siguiente: los 13 clubes debían respaldar de forma unánime la decisión. Pero el Palmeiras, el quinto club en votar, dijo que no al club blanquinegro (luego de cuatro votos consecutivos a favor y de hacer alianzas tras bastidores con cuadros como Sao Paulo) y, con eso, se dio por terminada la discusión.

Palmeiras argumentó que primero debía consultares a la Confederación Brasileña de Deportes, CBD, luego a la Confederación Brasileña de Fútbol, además del Consejo de Arbitraje de la FIFA.

El Corinthians tuvo que aceptar la situación, aunque perder a dos jugadores dejó al equipo del técnico Dino Sani muy frágil. «Jugaremos con lo que tenemos», dijo el director del Corinthians, Elmo Franchini en un texto que recoge UOL Brasil.

Entre bastidores y con muchos testigos, el presidente corintiano, Wadih Helu, dijo que Palmeiras tenía «espíritu de cerdo» al decir que no. Allí nació el sobrenombre de Palmeiras, el cual fue usado para burlase y humillar al rival verde. Diario da Noite se quejó también “Gimenes (presidente de Palmeiras) tuvo el sentimiento de un cerdo”.

El Palmeiras y el orgullo de ser "puercos".
El Palmeiras y el orgullo de ser «puercos».

Los aficionados del Corinthians decidieron responder a la baja actitud de la actitud “legalista” del verdao: tomaron un cerdo y lo soltaron en el césped de Morumbi antes del siguiente partido.

Hay algún historiador que vincula un hecho histórico con lo del apodo del cerdo. Antes, Palmeiras era llamado “Palestra Italia” y representaba a los inmigrantes de ese país en Sao Paulo. Brasil, en la Segunda Guerra Mundial, se alineó con los aliados. Así, que aquellos que venían de países del eje del mal como italianos, alemanes o japoneses con frecuencia eran llamados despectivamente “cerdos fascistas”, aunque no comulgaran con lo que pasaba en el frente de batalla.

Fueron años de humillaciones crueles y de rechazos por otros equipos por una decisión cuestionable que quedaba cada vez más lejos en el calendario.

 

Aceptarse como cerdos

Con la modernización del fútbol y su camino hacia la industrialización, intervino el marketing. Fue en 1983 cuando el gerente de mercadeo, João Roberto Gobbato, escuchando los consejos de la socióloga Sílvia Calegari decidió dar un giro brusco a la historia. Para ella, adoptar el nombre era un antídoto para deshacerse de él.

No fue fácil. Debía convencer a los consejeros más antiguos del club, los directivos más viejos, que lo veían como una burla, una ofensa grave. Gobbato se fue con las “torcidas organizadas unidas” o lo que une a las barras de Palmeiras. Pintó la idea como identificarse con un cerdo rudo, casi tirando a jabalí. En las masas, caló mejor.

A Gobbato lo amenazaron con despedirlo por la “ofensa” sus superiores. Pero ya el plan estaba rodando en 1986. Mancha Verde, la mayor torcida agrupada ya tenía un cántico: “Dalhe Porco, Dalhe Porco”. En proceso, estaba Juninho, la figura del momento, siendo fotografiado con un puerquito para salir en la portada de Placar, la revista más vendida del momento unas semanas después del “estreno porcino”.

El Palmeiras y el orgullo de ser "puercos".
El Palmeiras y el orgullo de ser «puercos».

Mientras todo esto pasaba, el 27 de agosto de 1986, ante Corinthians, como visitantes, se escuchó el grito “Da-lhe porco, oe oe oe”. Ganaron 3-0. Pero fue ante Santos, el 29 de octubre de 1986 que se exorcizó el demonio porcino.

Ese día, siendo locales, todo Morumbí gritaba “Da-lhe porco, oe oe oe”. Los líderes de las “torcidas unidas” desfilaron por toda la pista atlética con un cerdo en la mano. No había vuelta atrás: Palmeiras acogía con gusto su mote de “puerco”.

Ese día todo fue perfecto: un penal atajado, estadio a reventar, triunfo importantísimo  1-0 sobre el peixe. El cerdo llegó con las mejores vibras.

Un puerco, entonces pasó a acompañar a un periquito, mascota del club desde 1930 como identidad del cuadro paulista.

En 2016 el puerco fue llamado “O Porco Gobbato” (El puerco Gobbato) en honor al publicista que borró años de burlas. Se arriesgó y ganó. Ahora su obra forma parte del ADN palmeirense.