En la convulsionada temporada pasada en Can Barça, la mejor noticia fue que los socios votaron a Joan Laporta como nuevo presidente del club. A partir de allí, la reconstrucción necesaria sería una realidad. Como en su primera etapa, se auguraban decisiones firmes y positivas para devolver a la institución blaugrana al escaño que merece. Algunas no generarían consenso. Llegó la primera: Ronald Koeman seguirá.
Hubo dudas. El contrato del entrenador neerlandés estaba en vigor gracias a un despropósito de Bartomeu. Uno más. Pero, esta decisión es toda de Laporta, por más que hubo recomendaciones de Ramón Planes y de Mateu Alemany. La palabra final la tenía él. Podemos decir que es la primera equivocación del «presi» en su segundo periplo.
El error está en que Koeman no era su entrenador. Laporta asumirá el segundo año de su mandato con un técnico que no representa su visión de fútbol, que seguramente ni siquiera sería opción para iniciar su proyecto. En la interna del club, muchos estaban perplejos de lo que veían en el campo, de la falta de autocrítica en las derrotas y, sobre todo, las palabras dirigidas a la plantilla tras el final de temporada estrepitoso.
🔊 @JoanLaportaFCB: "@RonaldKoeman está muy motivado e ilusionado." pic.twitter.com/qjEHCAIkEO
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) June 3, 2021
Ya no creo que el tema económico fue la única razón para mantenerlo a Ronald. Las opciones para encontrar al sucesor se fueron diluyendo. Pep Guardiola era un imposible; el Bayern le arrebató a Nagelsmann; Xavi y sus pretensiones… ¿García Pimienta? Ya no sabemos si alguna vez fue una opción, más allá que era de los favoritos de la parroquia culé.
Tocará esperar cómo terminará la novela «Koeman entrenador». Ojalá logre corregir los notables errores de la temporada pasada. Es muy probable que el público regrese al Camp Nou y la paciencia no creo que abunde. Eso sí, hay que remar juntos y a transitar todos en la misma dirección. A pesar de que no veremos a Ronald ‘Guardiola’, se esperan ajustes. Se es o no se es, ya está.