El Real Madrid clasificó a las semifinales de la UEFA Champions League después de eliminar al Chelsea, en una eliminatoria complicada que terminó con el tiempo extra en el Santiago Bernabéu. El conjunto merengue fue superado por un tramo largo del encuentro, hasta el punto de perder la ventaja de 3-1 que sacó en la ida y estar a minutos de quedar fuera de la competición, pero en los minutos finales aparecieron los de siempre (Luka Modric y Karim Benzema) junto a los jóvenes talentos que tiene el equipo (Rodrygo Goes, Federico Valverde…) con un nombre propio a destacar: Eduardo Camavinga.
El francés fue el comienzo del cambio del Real Madrid. Su ingresó, por Toni Kroos, generó una mejora sustancial en el conjunto de Carlo Ancelotti y lo acercó al triunfo. Un movimiento inesperado para todos, pero que respondía a una de las principales dudas que tuvo el colectivo durante todo el partido.
Eduardo Camavinga, la pieza que cambió todo
Fue la pieza que agitó el árbol. Sus condiciones individuales fueron claves para imponerse en la zona de volantes. Primero por su capacidad para abarcar mucho terreno sin pelota (tanto para cubrir la espalda de los interiores, masacrada por el Chelsea a partir de su doble punta y la presencia de Mason Mount durante todo el partido) como para presionar (el primer gol llega de una recuperación que se genera por su presión y el segundo es una recuperación en campo rival).
Su impacto en el juego fue inmediato. El Real Madrid no conseguía recuperar la pelota ante el dominio en la zona de volantes del Chelsea, pero con él en cancha el equipo podía llegar a lugares que antes no podía y su presencia generó muchas pérdidas rivales, que en ocasiones no se traducían en recuperaciones propias, pero que se efectuaron a partir de su aparición.
Su primer gran noche europea
Por otro lado, Eduardo Camavinga aportó mucha seguridad desde el pase (14 de 18 durante todo el partido y solo una pérdida). No se hizo menos ante el escenario ni con su equipo al borde de la eliminación, como si tuviera muchas eliminatorias europeas a sus espaldas. El contexto no le importó. Una personalidad que pocos jugadores de su generación tienen.
Tiene un ida y vuelta sensacional, lo que le facilita aparecer arriba con regularidad en muchos lugares. Primero como mediocentro y después como interior cuando intercambiaba roles con Luka Modric.
Es complicado explicar la clasificación del Real Madrid después de firmar el peor partido del equipo en el Santiago Bernabéu, junto al último Clásico ante el FC Barcelona. Pero el momento del cambio fue después del 0-3 del Chelsea. Mejoraron los de siempre y aparecieron los jóvenes talentos que están teniendo sus primeras grandes batallas. Uno de ellos es Eduardo Camavinga, la pieza que cambió todo o que volteó la partida para el lado de Carlo Ancelotti