En octubre de 2020 ocurre un temblor en Santos: su principal figura, el venezolano Yeferson Soteldo podría dejar el club y marcharse al fútbol árabe, al equipo Al Hilal, un gigante en Asia.
Santos padecía una terrible situación financiera que se acentuó con la pandemia del Covid-19. Y obtener unos seis o siete millones de dólares por el vinotinto podría dar un poco de oxígeno. De hecho, el técnico Cuca, antes de un partido de liga dijo a los medios que “Este es el último partido de Soteldo”.
Los aficionados, muy molestos con la directiva, dividían su tiempo en las redes entre súplicas al venezolano y puteadas a los encargados del equipo. Soteldo, junto a su agente, le pusieron una cifra astronómica al sueldo a pretender, pues la intención del llanero era quedarse en el Peixe. La operación se cayó.
Y afortunadamente para él y para Santos, porque están a la espera de disputar la final de la Libertadores en un derbi paulista contra Palmeiras, luego de eliminar en la ida de la semifinal a Boca, con un humillante 3-0.
Sin embargo, los problemas siguen ahí. El técnico Cuca en medio de la alegría, comentó: «El equipo está en octavos (Copa de Brasil) y en la final de la Libertadores. Para mí es una satisfacción extraordinaria. Las dificultades son muy grandes. No podemos contratar, es difícil de pagar, estar al día en la bolsa de premios. Y siempre jugamos abiertos, con el corazón «.
La crisis institucional de Santos
Santos viene de sufrir la crisis institucional más dura de su rica historia. El 28 de septiembre de 2020, el consejo directivo apartó de su cargo al presidente José Carlos Peres y en noviembre, con un 93% de votos de los socios, ocurrió un “impeachment” contra él, apartándolo totalmente de su cargo.
El entonces vicepresidente Orlando Rollo, quien había peleado con Peres, asumió la presidencia del club e hizo cambios en la junta directiva y los departamentos administrativos y de fútbol. Luego, hubo un llamado a elecciones y ahora la cabeza del equipo, Andrés Rueda, hace malabares para que el equipo no se hunda.
A Peres se le acusa de malos manejos administrativos, de manejar a beneficio una agencia de jugadores y de irregularidades con la doble contratación de jugadores, pues se le paga un contrato por jugar y otra mitad, por derechos de imagen, para así evitar impuestos.
En este momento, a los jugadores les deben desde hace meses la mensualidad por derecho de imagen o la mitad de su sueldo.
Los negocios han sido tan mal hechos, que Santos tiene una deuda con Huachipato por la compra de Soteldo y una solución es “devolverle” los derechos al cuadro chileno y cuando se haga una venta por el venezolano, apenas el 20% caiga al cuadro brasileño.
Ya hay ventas, como la del Club Brugge, de Bélgica, para comprar al defensa Luan Peres por 23 millones de euros. Hasta el momento, solo con la Libertadores, por los partidos de la fase de grupos y los avances en la fase eliminatoria, Santos ha asegurado 7,5 millones de dólares.
Esto está comprometido y también lo que obtendría por la final: al menos, 6 millones de dólares es el premio destinado al subcampeón. Si gana, el premio mayor aumenta a 15 millones de dólares.
¿Calma tras la tempestad?
Más allá de la alegría deportiva, de jugadores como Marinho o Soteldo que llenan de magia a todo un continente, puede existir un alivio para la estabilidad institucional del Santos. Luego de la final de Libertadores seguro vendrán ventas y poco a poco se acomodará una institución con mucho peso, con mucha historia.
Por eso, la gesta fue de corazón: “Estos chicos no están aquí por dinero, están porque aman al Santos, al fútbol”, cerró Cuca, campeón en 2013 de la Libertadores con Atlético Mineiro. Por ahora, samba para olvidar las penas. Y de ganar, se aliviarán más
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