Uno de los (tantos) retos que tiene Joan Laporta al frente del Barça es modificar la política de fichajes que se implementó durante los últimos 10 años en el club durante las gestiones de Sandro Rosell y Josep María Bartomeu. Desde la temporada 2012/2013, la entidad blaugrana gastó, aproximadamente, 1.400 millones de euros.
“Un gran problema que tiene el Barça es la captación. Lleva un tiempo extraviado porque no sabe lo que busca. Se empezó a difundir que quería jugadores físicos, que entraran fuerte. Para mi es una gran confusión”, indicó el periodista Ramón Besa, durante un programa especial emitido por el canal de Youtube Encuentro con el Fútbol.
En la línea de lo que apuntó Besa, llegaron jugadores como Alex Song, Paulinho, Arturo Vidal, entre otros. Incluso, como petición del entrenador Ronald Koeman, estuvo a punto de recalar en el equipo Georginio Wijnaldum, a quien desde la directiva lo veían como una oportunidad de mercado, pero que era un perfil no muy necesario en la intención de volver a las raíces.
“Para vencer a los equipos más físicos y más táctico, estaba la velocidad de balón. Era lo que hacía el Barça, con jugadores pequeñitos, que hacían que el balón silbara. Era todo al revés de lo que ahora es”, añadió Besa. “Es una tarea de captación (…) puede haber un jugador muy llamativo, pero que en el Barça no encaje. Hay que aguantar la presión y arriesgar”.
Durante esos últimos 10 años, de la mano de Rosell y Bartomeu ficharon al mejor jugador de un equipo, de una selección o por ser campeón del mundo. Ejemplos como Coutinho, Griezmann, Arda, que entre los tres se invirtieron casi 300 millones de euros y nunca pudieron encajar en el sistema de un Barcelona donde es muy complicado estar.
Debe haber una reconstrucción para levantar de las ruinas al club. Herencia del ‘Bartorosellismo’. También, es necesaria una ‘vuelta a la tortilla’ en la manera de fichar. Tanta ‘pasta’ para destruir un modelo que funcionó. Siempre es necesario traer de afuera para complementar lo que hay en casa y hacer un equipo competitivo. Pero, más necesidades y menos cromos. No se acertarán todos, es obvio. Pero el margen de error debe ser menor.
