El Athletic Club de Bilbao clasificó a las semifinales de la Copa del Rey después de derrotar 1-0 al Real Madrid de Carlo Ancelotti, quien era el principal favorito a levantar el título. Un triunfo que responde a la superioridad que tuvo el conjunto vasco sobre su rival y a la pizarra de Marcelino García Toral, quien volvió a demostrar que es uno de los mejores entrenadores españoles de los últimos años.
Una de las claves del triunfo en San Mames fue la presión que confeccionó Marcelino para minimizar el impacto de la salida de pelota del Real Madrid en el juego, siendo este uno de los puntos fuertes del equipo de la mano de piezas como Toni Kroos, David Alaba y Luka Modric.
⏱️ Min. 89. San Mamés.
🧞♂️ A Berenguer se le ocurre hacer esto.
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— Athletic Club (@AthleticClub) February 3, 2022
Las claves de la presión
El Athletic Club neutralizó las variantes colectivas e individuales de su rival en el inicio de la jugada, lo que generó que no lograra generar las ventajas suficientes para posicionarse con comodidad en campo rival y potenciar a sus principales piezas (7 disparos, 2 a puerta, 2 dentro del área y 0.4 en XG). La ausencia de Karim Benzema facilitó todo el proceso. El francés es la pieza que mejor detecta los espacios libres que deja el rival a la hora de presionar y consigue ayudar a su equipo de salir del acoso. Marco Asensio y Rodrygo Goes, quienes actuaron como falsos 9, no consiguieron darle esa ventaja al colectivo. Lejos de lo que podía hacer el 9.
Pero, más allá de ese punto, el trabajo sin pelota del conjunto vasco fue sensacional tanto a nivel individual como colectivo. El primero gracias a rendimientos sensacionales de Iñigo Martínez y Yeray Álvarez en la zaga, cubriendo mucho terreno para cubrir la espalda de los laterales y los volantes, cubriendo la profundidad para no dejar que el rival ganara su espalda y dominando en el juego directo. Mikel Vesga y Dani García como volantes centrales, limitando mucho los pases de sus pares rivales y protegiendo su zona para que el bloque no se rompiera en ningún momento. El cuadro que se convirtió en una muralla para el Real Madrid.
El plan de Marcelino
A nivel colectivo, el conjunto vasco se organizó en 4-4-2, sistema habitual de Marcelino García Toral, y realizó una presión adelantada organizada que se fue ajustando a los movimientos de los rivales y que no exigía saltos individuales muy largos para que el desgaste no fuera mayor a las que las piernas aguantaran. La única piedra en su zapato fue Toni Kroos, quien cuando lateralizaba forzó a un ajuste rápido de MGT que forzó a que el lateral fuera más agresivo a la hora de saltar y al central de dicho costado a cubrir su espalda. Pero el alemán no tuvo el apoyo de sus compañeros para conseguir soluciones que impactaran en el juego.
Otro nombre que cambió un poco el escenario fue Isco, quien fue más determinante jugando por dentro que Rodrygo y Asensio. Su movilidad y constantes descargas para activar a sus compañeros de cara ayudaron a su equipo a posicionarse en campo rival, pero el bloque defensivo vasco consiguió imponerse a partir del orden y la capacidad de sufrir, un rasgo que caracteriza a su cuerpo técnico.
El Athletic clasificó a las semifinales de la Copa del Rey gracias al gran trabajo sin pelota que confeccionó Marcelino, que se ha convertido en el “Mata Gigantes” de la competición después de superar al FC Barcelona de Xavi Hernández y al Real Madrid de Carlo Ancelotti. Un equipo que compite contra cualquiera.
