Las confesiones del árbitro del «escándalo de Stamford Bridge»
El 6 de mayo de 2009 tiene mucho para recordar. Chelsea estaba dejando al Barcelona de Josep Guardiola en el camino de la Champions League en semifinales hasta que apareció el mítico zapatazo de Andrés Iniesta que llevó a los culés al partido definitivo donde se cubrieron de gloria y empezaron a forjar el triplete -que se convirtió en sextete- para meterse en la lista de mejores equipos de la historia.
Pero la épica se empañó un poco. El juez principal, el noruego Tom Henning Ovebro, tuvo una de las peores noches de su carrera y sus decisiones perjudicaron el desarrollo del compromiso: pudo haber pitado al menos cuatro penales en favor de los ingleses que habrían cambiado la historia radicalmente.
El excolegiado se confesó en una entrevista con el Diario Marca de España y si bien no le tortura el recuerdo del denominado «escándalo de Stamford Bridge», reconoce que muchos errores se pudieron evitar. «Puedes no tener ese día el nivel que debes tener. Pero no, no puedo estar orgulloso de aquel día. Hubo varios errores y todo el mundo tendrá su opinión de esas jugadas. Pero los jugadores y los entrenadores también fallan, y no pasa nada. Yo estoy orgulloso de haber tenido una larga carrera y haber estado en la élite europea un tiempo, y entre los mejores de mi país al menos», dijo.
Las acciones más polémicas fueron las manos de Samuel Eto’o y Gerard Piqué que pudieron significar penales. «Fueron situaciones de manos. Yo las juzgué en el campo y creo que ya no es interesante saber qué opino de aquellas acciones una vez juzgadas, si bien entiendo que la gente opine diferente de lo que yo arbitré».
Negó, de igual forma, que algún jugador del Barcelona le diera las gracias. «Tras el partido no hablé con ningún futbolista. Abandoné el campo con dignidad, me fui a vestuarios y punto. Eso sí, recuerdo que tuvimos que cambiar hasta de hotel y que había mucha gente hostil contra nosotros. Tuvimos que cuidarnos aquel día y el siguiente», añadió.