El Manchester City aplastó (7-0) al RB Leipzig y clasificó a los Cuartos de final de la UEFA Champions League de manera contundente y con una exhibición de Erling Braut Haaland (5 goles). Pero, más allá de la exhibición del noruego, Pep Guardiola confeccionó una presión adelantada que ahogó a su rival y generó un contexto positivo para su equipo.
La presión del Manchester City de Pep Guardiola que ahogó al RB Leipzig
Pep Guardiola apostó por el 4-3-3 como sistema principal, teniendo en cuenta que la movilidad de las piezas y la fase del juego generaban que el módulo mutase de manera constante. Sin pelota, el Manchester City se organizó en 4-2-4 con una primera línea de presión bastante agresiva con Kevin De Bruyne acompañando a Erling Braut Haaland más Jack Grealish y Bernardo Silva como extremos para vigilar el pase entre centrales-laterales.
Uno de los aspectos más interesantes fue la posición de Bernardo Silva, siendo determinante a la hora de saltar por el portero siempre tapando la opción de pase con el central y con lateral. Otro detalle a destacar es la agresividad del resto del bloque para presionar, desde los laterales como el doble pivote formado por Ilkay Gündogan y Rodri.
Los dos primeros goles nacen de jugadas de recuperación tras presión adelantada. El primero nace de un error forzado por la presión de Bernardo Silva sobre el portero. El segundo de una presión de Haaland al portero que fuerza el pase largo.
Presiones en los primeros goles
La diferencia entre un equipo y otro fue notorio. El conjunto SkyBlue fue una máquina de hacer goles ante el RB Leipzig, pero una de sus principales virtudes fue su trabajo sin pelota. Atacar sin pelota está siendo uno de los principales rasgos del Manchester City de Pep Guardiola esta temporada.